Al dólar lo suben ELLOS de esa manera se devalúa el salario.
Una forma de DISCIPLINAR a los trabajadores que históricamente ha
adoptado la oligarquía.
Los TARIFAZOS
los programan ELLOS,
una forma de TRANSFERIR
recursos del bolsillo del pueblo hacia
el poder dominante.
La FUGA
la facilitan ELLOS,
una forma de ENDEUDAR
a millones para que se BENEFICIEN
unos pocos.
La CRISIS
que no existía, la generaron ELLOS, porque a través del miedo COLONIZAN el sentido común.
El RELATO
y la MENTIRA
la implementan ELLOS,
para que, con la complicidad de los medios de comunicación, nadie sepa la
verdad.
Es hora que te des cuenta que existe un solo camino, o
dejamos que sigan diciendo ELLOS, o comenzamos a hacer algo por NOSOTROS.
“No se trata
de cambiar de collar, se trata de dejar de ser perro”
ARTURO JAURECHE – AÑO 1957
BIOGRAFÍA DE ARTURO JAURECHE
Nombre de nacimiento Arturo Martín Jauretche
Nacimiento 13 de noviembre de 1901 en la ciudad de Lincoln, Buenos Aires,
Argentina.
Fallecimiento 25 de mayo de 1974 (72 años)
Nacionalidad Argentino
Educación
Educado en Universidad
de Buenos Aires
Información profesional
Área Ensayista
Partido político Unión Cívica Radical Junta Renovadora –
Peronismo - Partido Justicialista
Fue un pensador, escritor y político argentino. Figura
relevante de la Unión Cívica Radical y del peronismo a partir del llamado Día
de la Lealtad en el 17 de octubre de 1945.
Juventud
Después de pasar su niñez y adolescencia en Lincoln se
trasladó a Buenos Aires. Simpatizó con el nuevo modelo de integración social
promovido por la Unión Cívica Radical, afiliándose al partido en el bando de
Hipólito Yrigoyen, los llamados radicales personalistas; fue importante en ello
la influencia del poeta y compositor Homero Manzi, que veía en ello una nueva y
beneficiosa política de inserción de las clases trabajadoras, con las que el
origen rural de Jauretche le hacía simpatizar. De chico su lema fue ayudar a
los pobres y a los barrios de clase baja para que pudieran formar parte de la
política del país.
En 1928, cuando Yrigoyen asumió su segundo mandato tras el
interludio del gobierno de Marcelo T. de Alvear, fue nombrado funcionario,
aunque solo brevemente; dos años más tarde, el ejército promovería el primer
golpe de estado de la época constitucional en Argentina, dando inicio a la
llamada Década Infame. Jauretche combatió con las armas a los insurrectos, y
luego desarrolló una intensa actividad política contra estos. En 1933, en
Corrientes, tomó parte en el alzamiento de los coroneles Roberto Bosch y
Gregorio Pomar, quienes no habían participado de la revolución del 6 de
septiembre de 1930. Convertido en yrigoyenista, tras el golpe de estado de
1930, participó del levantamiento de 1933 en Paso de los Libres –al que le
dedicó un largo poema.
Tras la derrota del alzamiento, fue encarcelado; en prisión
escribiría su versión de los episodios en forma de poema gauchesco, al que
tituló El Paso de los Libres. La publicaría en 1934 con prólogo de Jorge Luis
Borges, de quien sin embargo lo separarían cada vez más marcadamente cuestiones
de política social y cultural.
FORJA
Artículo principal:
Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina
El conflicto de Jauretche con la línea dirigente del
radicalismo, encabezada por Alvear, no tardó en profundizarse; cuando este
último decidió en 1939 levantar la decisión de no presentarse a elecciones para
mostrar el desacuerdo del partido con el régimen imperante, un importante grupo
de la izquierda del radicalismo decidió formar una agrupación disidente. Junto
con Homero Manzi, Luis Dellepiane, Gabriel del Mazo, Raúl Scalabrini Ortiz,
Manuel Ortiz Pereyra y otros fundó FORJA (acrónimo de Fuerza de Orientación
Radical de la Joven Argentina), que desarrollaría los lineamientos del
nacionalismo democrático, opuesto a la vez al nacionalismo conservador de los
sectores reaccionarios y a la política liberalizadora del gobierno de Agustín
P. Justo. Marginados de la esfera política partidaria, los actos de FORJA se
realizaron sobre todo a través de manifestaciones callejeras y publicaciones de
edición propia (los conocidos como Cuadernos de FORJA).
En ellos criticaban las medidas del gobierno, a partir del
pacto Roca-Runciman, y argumentaban que el Banco Central había sido fundado
para que los hombres de la finanzas ingleses controlaran el sistema monetario y
financiero argentino, que se había conformado la Corporación del Transporte
para que los ferrocarriles británicos no tuvieran competencia, que no convenía
la ruptura de relaciones con la Unión Soviética, pues esta podía significar un
importante comprador de los productos agropecuarios argentinos. Con respecto a
la política interior, aducían que el gobierno de Justo intervenía las
provincias donde ganaban partidos opositores al gobierno, y que el salario y la
desocupación habían empeorado. Uno de sus principios incondicionales era el
mantenimiento de la neutralidad argentina ante la próxima Segunda Guerra
Mundial, siendo el único partido que lo apoyaba.
Hacia 1940 Jauretche rompió con Dellepiane y del Mazo, que
se reincorporaron a la línea oficial de la UCR. FORJA se radicalizó así, dando
lugar a elementos más nacionalistas. Raúl Scalabrini Ortiz, siempre próximo al
ideario del movimiento, se afilió a él, formando junto con Jauretche la dupla
dirigente. Se apartaría nuevamente hacia 1943, dejando a Jauretche en solitario
al frente. Su oposición al gobierno de Ramón Castillo fue vehemente, y aunque
se mostró escéptico ante las intenciones de los militares que lo derrocaron, su
firme posición de neutralidad frente a la Segunda Guerra Mundial hizo que
saludara al gobierno de Pedro Pablo Ramírez con simpatía, y cuando el Grupo de
Oficiales Unidos derrocó a su vez a Ramírez por ceder a las presiones
estadounidenses y romper relaciones con el Eje, Jauretche se mostró próximo al
ascendente coronel Juan Domingo Perón, Secretario de Trabajo y Previsión.
El gobierno de Perón
Aunque siempre crítico, adhirió al peronismo desde el 17 de
octubre de 1945. Apoyado por Domingo Mercante, gobernador de la provincia de
Buenos Aires, y próximo al programa económico de Miguel Miranda, que promovía
un proyecto de industrialización acelerada fomentado por el estado, con la idea
de emplear los excelentes réditos del modelo agroexportador durante la
coyuntura de la Segunda Guerra Mundial para transformar el perfil productivo
del país, fue nombrado presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires en
1946, cargo desde el cual desarrolló una política crediticia generosa con los
proyectos de industrialización y que ocuparía hasta 1951 en que fue despedido
cuando la Comisión Visca supo que el Banco había otorgado un crédito de 216
millones de pesos a La Prensa para comprar una rotativa.23
Producido el Golpe de estado Cívico Militar autodenominado
Revolución Libertadora, que derrocó al presidente Juan Domingo Perón, su
sobrino Ernesto Jauretche rememoró que al saber de la huida de Perón estaba
furioso y vociferaba: "¡Hijo de puta, cobarde de mierda, nos deja
solos!".
La oposición a Aramburu y el exilio
No volvería a aparecer públicamente hasta que en 1955 la
Revolución Libertadora derrocara a Perón; exento de las persecuciones políticas
por haber estado apartado del gobierno en los últimos años,[cita requerida]
fundó el semanario El '45 para defender lo que consideraba los 10 años de
gobierno popular, criticando duramente la acción política, económica y social
del régimen de facto, pero fue clausurado al tercer número.5 Colaboró en los
Semanarios "Azul y Blanco" y "Segunda República" (entre
1955-70). En 1956 publicaría el ensayo El Plan Prebisch: retorno al coloniaje,
criticando el informe que Raúl Prebisch, secretario de la Comisión Económica
para América Latina (C.E.P.A.L.), había hecho a pedido del régimen de Pedro
Eugenio Aramburu. La dureza de su oposición le valdría la persecución política
y el exilio en Montevideo.
Desde el extranjero publicó en 1957 Los profetas del odio,
un estudio sobre las relaciones de clase en Argentina a partir del ascenso del
peronismo en el cual criticaba varias aproximaciones a la historia política
argentina que gozaban de considerable ascendiente, en especial la de Ezequiel
Martínez Estrada. Jauretche interpretó estas alusiones como expresiones de los
prejuicios de la clase media intelectual, irritada por la irrupción de actores
novedosos en un ambiente político que había sido exclusivo de la burguesía desde
la generación del '80; aunque los intereses materiales de esta clase estuviesen
ligados al desarrollo de una densa capa de consumidores, sus hábitos le
imponían una espontánea reticencia —casi racista; la asimilación de la
tilinguería con el racismo es explícita en su obra— hacia los hábitos de las
clases populares, una "miopía" que Jauretche criticaría
reiteradamente en sus sucesivas obras. También contra la representación que la
clase media hacía de la organización peronista, como motivada por el "resentimiento"
contra los más pudientes, se quejaba en una amistosa carta al científico y
escritor Ernesto Sabato; en la que afirmaba:
Lo que movilizó las masas hacia Perón no fue el
resentimiento, fue la esperanza. Recuerde usted aquellas multitudes de octubre
del '45, dueñas de la ciudad durante dos días, que no rompieron una vidriera y
cuyo mayor crimen fue lavarse los pies en la Plaza de Mayo, provocando la
indignación de la señora de Oyuela, rodeada de artefactos sanitarios. Recuerde
esas multitudes, aún en circunstancias trágicas y las recordará siempre
cantando en coro —cosa absolutamente inusitada entre nosotros— y tan cantores
todavía, que les han tenido que prohibir el canto por decreto-ley. No eran
resentidos. Eran criollos alegres porque podían tirar las alpargatas para
comprar zapatos y hasta libros, discos fonográficos, veranear, concurrir a los
restaurantes, tener seguro el pan y el techo y asomar siquiera a formas de vida
"occidentales" que hasta entonces les habían sido negadas.
Jauretche, Los profetas del odio
La propuesta de Jauretche era de integración, en la medida
en que los intereses comunes de burguesía y proletariado están en el desarrollo
de una sólida economía nacional. En Los profetas del odio esbozaría por primera
vez su representación de lo que entendía como la principal oposición al
desarrollo nacional, la intelligentsia liberal y cosmopolita, que fascinada con
la cultura europea intentaría aplicarla acríticamente a la situación argentina,
sin ser consciente de las diferencias históricas y de las distintas posiciones
que en la articulación internacional de la economía los continentes ocupan.