La anhelada aspiración de contar con un servicio de balsa para vehículos que conecte Puerto Ocampo con la vecina ciudad correntina de Bella Vista se había iniciado en 1957, cuando funcionarios de ambas localidades consideraron oportuno iniciar las gestiones pertinentes ante los gobiernos provinciales de Santa Fe y Corrientes, considerando el fructífero intercambio de productos regionales que podría darse entre las dos orillas.

Del lado correntino se embarcarían cargamentos de citrus, tabaco, algodón y arroz; mientras que de la costa santafesina se remitirían implementos agrícolas, harina, azúcar y cargas generales; además del movimiento de pasajeros, muchos de los cuales utilizarían sus propios vehículos.

El proyecto de interconexión tomó fuerza a fines de 1963, cuando ya se había acondicionado el terraplén de la Ruta Provincial 32 para el tránsito vehicular entre Villa Ocampo y Puerto Ocampo; y en Bella Vista se iniciaba la construcción de un atracadero para balsas y barcazas. El 18 de diciembre de ese año, los integrantes del Rotary Club Villa Ocampo recibieron a rotarianos bellavistenses, resolviendo constituir una comisión conjunta para hacer un seguimiento de las gestiones; participando también del encuentro técnicos de Vialidad Provincial de Corrientes y el jefe de Vialidad de la Provincia de Santa Fe.

El 10 de mayo de 1964 se realizó en Villa Ocampo la Primera Jornada de Promoción Zonal, organizada por la Caja de Ahorro y Crédito Ocampense, que contó con la asistencia del titular de la Dirección Provincial de Vialidad de Corrientes, representantes de los Rotary Clubes de ambas localidades, legisladores, el intendente municipal Roberto Mejías y miembros de la Comisión Pro-Camino a Puerto Ocampo.

En esa oportunidad, se resolvió dirigir una nota al ministro de Obras Públicas de la Provincia, Luis Romero Acuña, solicitando la urgente construcción de un atracadero provisional en Puerto Ocampo; además de solicitar al Ministerio de Obras Públicas de la Nación la disposición de la barcaza Nº 13, que fuera destinada para prestar el servicio de interconexión fluvial.

Finalmente, durante los días 16 y 17 de agosto de 1964 se realizaron en ambas orillas los actos de inauguración del servicio de balsa, contando con una extraordinaria adhesión popular y la presencia de los gobernadores de Corrientes, Entre Ríos y Formosa; el secretario de Transporte de la Nación; funcionarios provinciales; legisladores y representantes de instituciones intermedias. La delegación ocampense estuvo encabezada por el intendente Roberto Mejías; acompañado por el presidente del Rotary Club Villa Ocampo, Alcibíades Sambrana; y la bendición del atracadero estuvo a cargo del cura párroco Luis Spontón.

El servicio comenzó a prestarse con tres cruces diarios, partiendo desde Bella Vista a las 7:00, 10:30 y 15:45 horas, con 45 minutos de navegación aguas abajo; y partiendo desde Puerto Ocampo a las 8:15, 13:30 y 17:00 horas, con algo más de una hora de navegación en contra de la corriente del majestuoso Río Paraná.

Esta interconexión entre ambas orillas del Río Paraná se mantuvo hasta la gran inundación que asoló el litoral argentino entre febrero y abril de 1966, provocando la destrucción de gran parte del terraplén a Puerto Ocampo y afectando los trabajos de reconstrucción del puente sobre el Paraná Miní que venían realizando los pontoneros del Batallón 121 de Ingenieros del Ejército Argentino, procedentes de Santo Tomé (Santa Fe).

En julio de ese año, las autoridades militares resolvieron levantar definitivamente el destacamento que habían instalado en la zona de San Vicente para la obra del puente; mientras que desde la Dirección Provincial de Vialidad se justificaba la imposibilidad de reconstruir el terraplén por falta de presupuesto. Estas drásticas decisiones sellaron definitivamente la rica historia del Puerto Ocampo, iniciada en 1887 por el fundador Manuel Ocampo Samanés y continuada luego por la empresa La Forestal desde 1910; desmantelándose sus instalaciones y quedando como mudos recuerdos los pilotes de quebracho que servían de base a las construcciones en altura, y una explanada de hormigón recientemente construida para el atracadero de la balsa que, paradójicamente, nunca pudo ser utilizada.