Un estudio sobre mutaciones del cáncer que causan resistencia a los fármacos identificó cuatro categorías principales de estas mutaciones. Este hallazgo facilitará el desarrollo de nuevos fármacos y terapias de segunda línea más efectivas.
Los investigadores del Instituto Wellcome Sanger, EMBL-EBI y Open Targets utilizaron la tecnología CRISPR para mapear el panorama genético de la resistencia a fármacos en cánceres de colon, pulmón y sarcoma de Ewing.
El estudio resalta la importancia de entender cómo las mutaciones tumorales permiten que el cáncer se vuelva resistente, lo que es clave para mejorar las opciones terapéuticas.
Para recopilar información a gran escala sobre las mutaciones del cáncer, el equipo utilizó técnicas punteras de edición genética CRISPR y genómica unicelular para investigar el impacto de múltiples fármacos en líneas celulares de cáncer humano y modelos celulares organoides.
Mediante la combinación de estas técnicas, los investigadores pudieron crear un mapa que muestra la resistencia a los fármacos en distintos tipos de cáncer, centrándose en los de colon, pulmón y sarcoma de Ewing.
El mapa descubre más sobre los mecanismos de resistencia a los fármacos, destaca los cambios en el ADN que podrían ser biomarcadores de tratamiento e identifica terapias combinadas o de segunda línea prometedoras.
El equipo descubrió que las mutaciones del cáncer se clasifican en cuatro categorías diferentes en función del impacto del cambio en el ADN.
Las mutaciones de resistencia a fármacos son cambios genéticos en la célula cancerosa que hacen que el fármaco sea menos eficaz. Por ejemplo, cambios que hacen que el fármaco ya no pueda unirse a su diana en la célula cancerosa.
Las mutaciones farmacológicas hacen que algunas células cancerosas utilicen el fármaco para crecer, en lugar de destruirlas. Para estos casos, esta investigación respalda los periodos sin tratamiento, un método que, a su juicio, podría ayudar a destruir las células cancerosas con este tipo de mutación, ya que las células son ahora dependientes del tratamiento.
Las mutaciones impulsoras son cambios genéticos de ganancia de función que permiten a las células cancerosas utilizar una vía de señalización diferente para crecer, evitando la vía que el fármaco puede haber bloqueado.
Por último, las variantes sensibilizadoras a fármacos son mutaciones genéticas que hacen que el cáncer sea más sensible a determinados tratamientos y podrían significar que los pacientes con estos cambios genéticos en su tumor se beneficiarían de fármacos concretos.
La investigación se centró en líneas celulares de cáncer de colon, pulmón y sarcoma de Ewing, ya que todos ellos son propensos a desarrollar resistencias y disponen de tratamientos de segunda línea limitados.
El equipo empleó diez fármacos contra el cáncer que se prescriben actualmente o están en fase de ensayo clínico para ver si alguno de ellos podría reutilizarse o combinarse para hacer frente a la resistencia y reducir el tiempo necesario para que los posibles tratamientos lleguen a la clínica.
Conocer mejor los cuatro tipos diferentes de alteraciones del ADN puede ayudar a tomar decisiones clínicas, explicar por qué los tratamientos no funcionan, apoyar la idea de las vacaciones farmacológicas en determinados pacientes y contribuir al desarrollo de nuevos tratamientos, subraya el estudio.
Además, estos conocimientos también contribuirán a acelerar la investigación de las empresas farmacéuticas sobre la nueva generación de inhibidores del cáncer, que podrían evitar mejor la resistencia a los fármacos, concluyen los autores.
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Resistencia del cáncer a los fármacos