Este sábado 21 de diciembre se cumplieron nueve años de la desaparición de Maxi Sosa, el pequeño de tres años que salió de su casa para ir a jugar a la de un vecino a escasos metros, en la ciudad de santafesina de Ceres en el año 2015, pero nunca llegó. Pese a los intentos de esclarecer el caso, los detenidos y el juicio, aun no se sabe nada de lo que paso con el pequeño. Un caso muy similar al de Loan
La última que lo vio fue su abuela, Patricia Sayago, que había quedado a su cuidado. Según su testimonio, lo había dejado a cargo de su otra hija (que después testimoniara que estaba acostada cuando ocurrió esto) porque tenía que ir a trabajar y que le dijo que se iba a jugar a la casa de un vecinito. Y no volvió más. Su madre, Daniela Sosa, se encontraba internada, con su nuevo hijo: se enteró cuando un policía ingresó a la habitación del Hospital de Rafaela para darle la mala noticia. Y responsabilizó a su madre de lo acontecido: ella había tenido la idea de que Maxi se quedara con ella durante una semana, para que se pudiera acostumbrar al recién llegado.
La desaparición de Maximiliano generó un fuerte impacto en la comunidad, que se unió en la búsqueda del niño, realizando rastrillajes en canales y descampados cercanos. Sin embargo, las primeras horas de investigación no trajeron respuestas. Los expertos inicialmente pensaron que el niño pudo haber caído en una cava cercana a la casa, pero los rastreos no arrojarían resultados positivos.
En julio de 2016, la fiscal Hemilce Fissore de la Unidad Fiscal San Cristóbal, les imputó a Sayago y su pareja, Ariel Reinaldo Malagueño el delito de sustracción del menor sin el consentimiento de su madre, retención y ocultamiento para luego desplazarse a un destino desconocido. Ambos pasaron 4 años en prisión preventiva. En 2021 se llegó a un juicio, en donde ambos fueron absueltos por falta de mérito.
La decisión de la Corte Suprema
En septiembre de 2024, Daniela, madre de Maximiliano, insistió ante la justicia para que el caso fuera reabierto. A raíz de su pedido, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó que el caso fuera retomado por la justicia federal, con sede en Rafaela. El fallo, firmado por los jueces Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, solicitó ampliar la investigación. En particular, pidieron que se indagara si Maxi pudo haber sido inscripto en algún registro civil bajo otro nombre o si existía algún cadáver infantil en la región que pudiera coincidir con su perfil.
“Ampliar espectro territorial para establecer si el menor pudo haber sido inscripto en registros civiles provinciales e indagar sobre la existencia, a partir de la fecha de desaparición, de algún cadáver perteneciente a algún niño de tres años cuya identidad pudiera ser compatible con la de Maxi”, especificó el fallo.
La versión de la tía
La tía del niño, en su testimonio, relató que estaba acostada en su hogar cuando Maxi le pidió permiso para ir a jugar a la casa de un amigo. Sin embargo, el niño nunca llegó a su destino. Este detalle se añadió a la investigación, aunque hasta el momento no ha generado avances significativos en el caso.
Una búsqueda que continúa
A lo largo de los años, se realizaron múltiples acciones de búsqueda. Se llevaron a cabo rastreos por campos, canales y caminos cercanos a la casa de la familia Sosa, pero la investigación no logró encontrar nuevas pistas. En 2018, el Ministerio de Seguridad de la Nación ofreció una recompensa de $1 millón por cualquier información que pudiera esclarecer el paradero de Maxi, y difundió una imagen actualizada del niño.