La Iglesia Católica también sufrió el ajuste de Javier Milei. Es que el presupuesto estatal asignado a la entidad religiosa sufrió un recorte del 79% en términos reales durante 2024, según datos de la Secretaría de Culto. Este ajuste se enmarca en una política general de reducción de gastos públicos impulsada por el Gobierno nacional.

A pesar de la disminución, se destinaron $132,3 millones al programa “Registro y Sostenimiento de Culto”, una caída nominal del 32% respecto de los $194,4 millones ejecutados en 2023. Además, durante varios meses del año no se registraron transferencias devengadas, según un informe de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP).

Desde diciembre de 2023, los obispos y arzobispos dejaron de recibir la asignación mensual de $55.000 prevista en la ley 21.950, norma que databa de la dictadura militar. Este cambio se enmarca en un proceso iniciado por la Conferencia Episcopal en 2018 para avanzar hacia la autosustentabilidad.

Sin embargo, los aportes estatales no desaparecieron del todo. El presupuesto nacional incluyó fondos destinados a 143 obispos, 600 sacerdotes y 1.000 seminaristas, aunque el uso de estos recursos es definido por la Iglesia. Por otro lado, el Ministerio de Capital Humano continuó transfiriendo fondos a Cáritas, superando los $3.661 millones mensuales para sostener comedores y programas de asistencia alimentaria.

El nivel de descentralización y la diversidad de convenios dificultan calcular el total de los aportes estatales. A esto se suman subsidios provinciales a colegios católicos y otros convenios específicos. Fuentes de la Iglesia destacaron que gran parte de su financiación proviene de donaciones de fieles, empresas y organizaciones internacionales como Unicef.

“La Iglesia tiene una presencia integral en los barrios populares, con proyectos educativos, alimentarios y de apoyo a sectores vulnerables”, señalaron. También destacaron el crecimiento de la demanda en comedores, especialmente por parte de ancianos, y la colaboración con el Estado en diversas áreas sociales.

El presidente de la Conferencia Episcopal, Marcelo Colombo, advirtió recientemente sobre “la incorporación de nuevos pobres” a los programas de Cáritas y pidió al Gobierno que los ajustes no afecten a los sectores más vulnerables. En la Peregrinación a Luján, el arzobispo Jorge García Cuerva llamó a la dirigencia política a buscar consensos para superar la crisis: “Pidamos la humildad de trabajar con otros, porque lo más valiente que podemos hacer es pedir ayuda”.