La principal sospechosa de este espeluznante hecho es conocida como Deise, quien presuntamente habría adulterado la harina que usó su suegra para hacer una torta, con la intención de matarla.
“En las tres víctimas se identificaron concentraciones muy altas de arsénico. Tan altas que son tóxicas y letales. Para que se hagan una idea, 35 microgramos son suficientes para provocar la muerte de una persona. En una de las víctimas, había una concentración 350 veces más”, informó Marguet Mittman, directora del Instituto General de Expertos (IGP). Este hallazgo fue clave para avanzar en la investigación.
Pero el caso tomó un giro aún más sombrío cuando comenzaron a aparecer más detalles inquietantes. La policía empezó a sospechar que Deise no solo había matado a su suegra con la torta, sino que también podría haber matado a su suegro cuatro meses antes, utilizando un café con leche envenenado.
La muerte de este hombre, Paulo Luiz dos Anjos, había sido inicialmente atribuida a una infección intestinal provocada por alimentos que Deise le había llevado, como bananas, harina y café con leche en polvo.
Sin embargo, al exhumar su cuerpo el miércoles pasado y realizar las correspondientes pruebas, se confirmó que también había sido envenenado con arsénico.
Los niveles de arsénico en el organismo de Paulo Luiz fueron tan altos que los expertos lo consideraron “letales”. Además, se descubrió que la mujer había adquirido arsénico a través de internet en al menos cuatro ocasiones en los últimos meses, una de estas compras antes de la muerte de su suegro, y las otras tres antes de las muertes de los otros tres familiares ocurridas en diciembre.
Qué dicen las pericias
“Es una persona extremadamente manipuladora. Es una persona extremadamente tranquila, extremadamente firme en sus declaraciones, extremadamente convincente”, afirmó la jefa policial Sabrina Deffente sobre los indicios de la primera pericia psicológica.
Otra evidencia clave que apuntó a Deise fue la información encontrada en su celular. Según las pericias, la mujer había realizado búsquedas en Internet relacionadas con venenos, buscando términos como “veneno para el corazón” y “veneno para los humanos” el 18 de noviembre, justo cuando se encontraba en casa de su suegra. A lo largo de ese mes, también realizó unas 100 búsquedas sobre “arsénico”.
Además, la policía descubrió que, a pesar de haber tenido una relación tensa con la familia de su marido, Deise empezó a comunicarse de manera extraña con su suegra después de haber adquirido el veneno que luego le pondría a la torta.
Sabrina, quien compartió la información, explicó: “La mujer es tan oscura que, aunque no tuvo una buena relación con la familia de su marido durante mucho tiempo, poco después de adquirir este arsénico, empezó a tener conversaciones con su suegra, diciéndole que la extrañaba, que quería verla, que necesitaba verla”. Este cambio en su comportamiento refuerza la hipótesis de que los crímenes fueron premeditados.
Tras la muerte de su suegro, Deise envió una serie de mensajes a su suegra que ahora cobran un significado macabro.
En uno de los mensajes, la instaba a no seguir investigando las causas de su fallecimiento, sugiriendo: “Creo que necesitamos orar más, aceptar más y no buscar culpables donde no los hay. Sólo los momentos que Dios nos reserva, es decir, no hay vuelta atrás. Ni la policía ni los forenses pueden ayudarnos a desentrañar”. En otro mensaje, planteaba varias posibles causas de su muerte, entre ellas: “Pueden haber sido varias cosas: una intoxicación alimentaria, una negligencia médica, el plátano contaminado por la inundación, o simplemente (que llegó) su momento... no lo sé”.
Además de estos mensajes, la policía también encontró otro que parecía una confesión velada, enviado a otra persona. En él, Deise escribió: “Si muero, cuidá de mi hijo y rezá mucho por mí, porque es muy probable que no vaya al paraíso”.
Estos mensajes, junto con las pruebas sobre las compras de arsénico y las investigaciones sobre las muertes, sitúan a Deise como la principal sospechosa de haber llevado a cabo lo que los investigadores consideran una serie de asesinatos meticulosamente planificados.