El 13 de agosto de 2018 en el estado de Colorado, Estados Unidos, Christopher Lee Watts le confesó a la policía que había asesinado a su esposa embarazada, Shanann Cathryn Watts y a sus dos hijas, Bella, de 4 años y Celeste, de 3. El crimen fue perpetrado para buscar una nueva vida con su amante, que no sabía lo que estaba por pasar.

La madrugada en la que ocurrió el crimen, Shanann había regresado de un viaje de negocios a Arizona con su amiga Nickole Utoft Atkinson, mientras que Chris se había quedado en casa con sus hijas. La mujer llegó alrededor de la 1:48 y al día siguiente tenía un turno con su obstetra.

Unas horas más tarde, Atkinson denunció que su amiga no había asistido al turno médico ni contestaba los mensajes. Fue hasta la casa de la familia y como nadie le respondía, llamó a la policía.

Según LA Times, cuando los agentes llegaron no había señales de Shanann ni de las menores. Sin embargo, sí estaban su bolso y sus llaves. Un extraño detalle fue que el anillo de casamiento de la mujer estaba sobre la cama.

Mientras la policía registraba su casa y comenzaba la investigación, Chris habló en televisión nacional y pidió por la aparición de familia sin inmutarse y sin que se le caiga una sola lágrima.

Los problemas para el asesino comenzaron cuando se registró la cámara de seguridad de uno de sus vecinos. En la filmación, se veía a Shanann llegando a su casa en la madrugada, pero nunca se registraba a ella o a sus hijas saliendo de la propiedad.

Esto centró las sospechas en Chris, que no pudo explicar a que se debía ese extraño descubrimiento y solo lo calificó como “algo extraño”. Un rato después, se quebró y confesó el asesinato de su esposa. Más tarde, también admitió que también había matado a sus dos hijas.

Los crímenes ocurrieron de forma premeditada por el padre de la familia. Según ABC, en un primer momento Watts dijo que le había confesado a su esposa que la engañaba y en respuesta, ella había matado a las menores. Enojado por esa situación, él la mató en señal de venganza.

Sin embargo, esa versión fue desestimada luego de que él mismo confiese que era responsable por los tres crímenes. Después de matarlas, Christopher se dirigió al almacenamiento petrolero de la compañía en la que trabajaba, Anadarko Petroleum, para deshacerse de los cuerpos.

La empresa lo despidió el mismo día de su arresto y los restos de Bella y Celeste fueron encontrados dentro de los tanques de almacenamiento de petróleo crudo al día siguiente. Shanann fue hallada sin vida enterrada en una fosa a algunos metros de sus hijas.

Según informó CNN, Christopher fue acusado de cuatro cargos de asesinato en primer grado, incluido un cargo adicional citado como “muerte de un niño que aún no había cumplido los 12 años de edad y el acusado se encontraba en un puesto de confianza”.

Además, fue encontrado culpable de interrupción ilegal de un embarazo y tres cargos de manipulación de un cuerpo humano fallecido.

La experfiladora del FBI Candice DeLong, explicó que casos como el de la familia Watts son extraños porque “los aniquiladores familiares suelen suicidarse después de los asesinatos”. De hecho, el asesino admitió que esa idea pasó por su cabeza, pero decidió no hacerlo.

Después de declararse culpable y aceptar un acuerdo con la fiscalía, Christopher fue condenado a cinco cadenas perpetuas, tres consecutivas y dos simultáneas, sin posibilidad de libertad condicional.

Por otro lado, recibió 48 años adicionales por la interrupción ilegal del embarazo de Shanann y 36 años por tres cargos de manipulación de un cuerpo fallecido.

Cómo pasa sus días en la cárcel Chris Watts y qué dijo en una entrevista tras los crímenes de su familia

Además de los múltiples documentales y artículos sobre el caso, NZ Herald accedió al testimonio de una fuente que pudo hablar con el condenado después de sus primeros años en la cárcel. “Nada cambia”, habría manifestado el hombre sobre lo monótono que se le hace el día a día.

“Cada día es como el anterior, y cada día en su futuro será igual que hoy”, explicaron en la revista People, donde además revelaron que Watts “no pasa un solo día, ni un solo minuto, en que no piense en su familia. Está viviendo un infierno que él mismo ha creado”.

En una entrevista con el Daily Mail, a poco tiempo de los asesinatos, Christopher le preguntó a la entrevistadora: “¿No es extraño que cuando miro hacia atrás lo que más recuerdo es su cara completamente negra con mechas de rímel?”.

Además, admitió que cometió el asesinato para poder reconstruir su vida al lado de su amante: “Sabía que si le quitaba las manos de encima, ella seguiría impidiéndome estar con Nikki”.

Por último, la entrevistadora señaló que Christopher dice que amaba a su amante “como nunca antes había amado a nadie” pero que “al mismo tiempo, ama a Shanann, aunque sabe que ella no era su alma gemela ni la persona con la que se suponía que debía estar”.