Los profesionales, altamente calificados y con una trayectoria reconocida, aseguran que las medidas adoptadas por el gobierno de Javier Milei ponen en riesgo la vida de miles de personas y representan un retroceso histórico en la prevención y control de enfermedades.
En un comunicado contundente, los médicos señalaron que las decisiones del gobierno priorizan el ajuste económico a corto plazo, ignorando las consecuencias sanitarias y económicas a mediano y largo plazo. "No vamos a ser parte de un Ministerio en el que los programas esenciales no puedan dar respuesta a las obligaciones básicas que marca la Ley", afirmaron. Además, advirtieron que todas las muertes que ocurran como consecuencia de estas políticas serán responsabilidad directa del gobierno.
Recortes en medio de brotes epidemiológicos
La situación es particularmente alarmante dado el contexto epidemiológico actual. Según el comunicado, en enero de este año se confirmó la disolución de las coordinaciones de Hepatitis Virales y Tuberculosis, justo cuando se registraba un aumento de casos y muertes por tuberculosis y nuevos diagnósticos de VIH y hepatitis. Posteriormente, en pleno brote activo de sarampión y hepatitis A, se redujo en un 40% el equipo de VIH y en un 30% el equipo de Vacunas.
Estos recortes no solo afectan la capacidad de respuesta del sistema de salud ante brotes y epidemias, sino que también ponen en peligro la continuidad de tratamientos esenciales. Los médicos recordaron el caso de pacientes oncológicos que fallecieron debido a la interrupción de sus medicamentos, un hecho que atribuyen directamente a las políticas de ajuste implementadas por el gobierno.
Prevención: una inversión, no un gasto
Los profesionales insistieron en que la prevención de enfermedades no solo salva vidas, sino que también reduce significativamente los costos en salud. "La evidencia es incontrovertible: la prevención evita enfermedades, complicaciones y muertes, y es una inversión en el bienestar de toda la sociedad", señalaron. Sin embargo, las decisiones actuales del Ministerio de Salud priorizan el ajuste financiero inmediato, desmantelando programas que han demostrado ser eficaces y necesarios.
El comunicado también rechazó las acusaciones del gobierno, que ha tildado a los trabajadores de la salud de "ñoquis" y "casta". Los médicos renunciantes destacaron su dedicación y trayectoria incuestionable, y denunciaron que estas descalificaciones buscan justificar recortes que, en realidad, responden a una lógica de desinversión en salud pública.
Una advertencia urgente
Las renuncias no solo son un acto de protesta, sino también una advertencia urgente sobre las consecuencias que estas políticas tendrán para la salud pública. "Nuestra renuncia es un acto de ética médica, de responsabilidad cívica y profesional", afirmaron los médicos, quienes hicieron un llamado a la sociedad a tomar conciencia sobre la gravedad de la situación.
La salud pública, insistieron, no es un gasto, sino una inversión en la vida y el bienestar de toda la población. Sin embargo, las decisiones del gobierno parecen ir en sentido contrario, desmantelando programas esenciales y poniendo en riesgo a las poblaciones más vulnerables.
¿Qué sigue?
La renuncia de estos profesionales deja un vacío crítico en áreas clave del Ministerio de Salud, en un momento en que el país enfrenta brotes de enfermedades prevenibles y tratables. La comunidad médica y organizaciones de la sociedad civil han expresado su preocupación y exigen una respuesta inmediata del gobierno para revertir estas medidas.
Mientras tanto, la advertencia de los médicos renunciantes resuena con fuerza: las consecuencias de estas políticas no solo serán sanitarias, sino también económicas, y las pagarán todos los contribuyentes. La pregunta que queda en el aire es cuántas vidas más se perderán antes de que se tome conciencia de que la salud pública no puede ser víctima del ajuste.