Dos años después del trágico asesinato de Fernando Iván Francovich, la comunidad de Villa Ocampo se reunió en la entrada de la ciudad para recordar a un joven cuya vida fue truncada por la violencia y la inseguridad. El acto conmemorativo, cargado de emotividad, no solo rindió homenaje a Fernando, sino que también se convirtió en un fuerte llamado a la justicia y un reclamo contra la impunidad.
La vida y el legado de Fernando
Fernando Iván Francovich nació el 1 de marzo de 1990 en Villa Ocampo, en el seno de una familia de camioneros. Desde muy pequeño, mostró una pasión innata por los camiones, dibujando su primer Iveco a los dos años. Aunque estudió administración de PYMES para complacer a su familia, su verdadero hogar siempre fue el transporte.
Amigos y familiares lo describieron como una persona inteligente, humilde, honesta y solidaria. Su meticuloso cuidado de su camioneta y su amor por sus perros eran reflejo de su carácter bondadoso. “Era una buena persona, un amigo leal y un hombre de principios”, recordó Cristian Copetti, uno de sus amigos más cercanos.
El trágico acontecimiento
El 21 de marzo de 2023, mientras trabajaba, Fernando fue atacado por un grupo de delincuentes que le dispararon y le robaron su camioneta. A pesar de sus graves heridas, condujo valientemente varios kilómetros mientras era perseguido, llegando a una gasolinera donde buscó ayuda. Falleció poco después en un hospital de Sáenz Peña, Chaco.
Su muerte no solo conmocionó a su familia, sino que también puso en evidencia los problemas de inseguridad y corrupción que afectan a la región. “Fernando fue víctima de un sistema que no protege a sus ciudadanos”, expresó Mónica, su madre, durante el acto.
Reflexiones y reclamos por justicia
El servicio conmemorativo incluyó mensajes religiosos y reflexiones sobre la justicia divina y humana. El padre/pastor leyó el Salmo 17, enfatizando la súplica de un hombre inocente perseguido injustamente. “Rezamos por la verdad y la justicia, no solo para Fernando, sino para todos los que sufren la violencia”, dijo.
Familiares y amigos también tomaron la palabra. Juliana, una familiar, destacó que la familia busca justicia, no venganza. “Queremos que se respete la vida de todos y que los responsables paguen por lo que hicieron”, afirmó. Mónica, con voz firme, exigió a las autoridades que asuman su responsabilidad: “Necesitamos jueces y fiscales honestos, y un sistema que acabe con la impunidad”.
Un llamado a la unidad
El acto concluyó con un poderoso mensaje de unidad y esperanza. Los asistentes recordaron a Fernando no solo como una víctima, sino como un símbolo de la lucha contra la inseguridad y la corrupción. “Su memoria nos inspira a seguir trabajando por un mundo mejor”, expresó Rodrigo Marega, amigo de Fernando.